La Eurocopa como excusa
Cualquier torneo es una buena oportunidad para indagar en las relaciones internacionales Es difícil que en una competición deportiva no se den coincidencias con morbo, y más cuando participan países. Esta Eurocopa prometió ya con el partido inaugural, en Roma, entre Italia y Turquía, las selecciones que acabaron como campeona y última, respectivamente. Los azzurri ya demostraron en ese encuentro de qué pasta están hechos, más allá de la de su gastronomía. Vapulearon a los otomanos con un 3-0, dos meses después de que Draghi se refiriera a Erdogan como "dictador", tras negar este su afeo machista a Von der Leyen. Como era de esperar, la reacción del presidente turco fue la de amenazar con cortar el grifo a las empresas italianas en Anatolia. Pero la palabra con la que Draghi describió a Erdogan es difícil de pronunciar para casi todos los líderes del primer mundo. Más allá de esta historia, el grupo A de la Eurocopa, también integrado por Gales y Suiza, destacaba, además, po...