Italia: río revuelto sin ganancia de pescadores
En el país de la bota, la brevedad de sus gobiernos es una virtud ante los radicalismos El 25 de septiembre, Italia volverá a adelantar elecciones, pensadas, en un principio, para 2023. Allí, la inestabilidad de los gobiernos es la normalidad, y, pese a la sensación de incertidumbre que esto provoca, también hay virtud en ello... si se hace bien. Sergio Mattarella, como jefe de Estado, ha coordinado con paciencia los cambios de ciclos tan repentinos de los últimos años. Su país ocupa el tercer puesto de la economía de la UE, aunque en su día Zapatero se hiciera ilusiones con el sorpasso español. En la política italiana, además de un problema, el caos es virtud. Y la izquierda y la derecha están acostumbradas a pactar en momentos decisivos. Aunque en las elecciones, las coaliciones se determinan según las dos clásicas tendencias, resultando en un batiburrillo de partidos y riñas constantes. Los políticos españoles no se encuentran en una dinámica muy diferente: el bloque de PSOE, P...