Italia: río revuelto sin ganancia de pescadores
En el país de la bota, la brevedad de sus gobiernos es una virtud ante los radicalismos
El 25 de septiembre, Italia volverá a adelantar elecciones, pensadas, en un principio, para 2023. Allí, la inestabilidad de los gobiernos es la normalidad, y, pese a la sensación de incertidumbre que esto provoca, también hay virtud en ello... si se hace bien. Sergio Mattarella, como jefe de Estado, ha coordinado con paciencia los cambios de ciclos tan repentinos de los últimos años. Su país ocupa el tercer puesto de la economía de la UE, aunque en su día Zapatero se hiciera ilusiones con el sorpasso español.
En la política italiana, además de un problema, el caos es virtud. Y la izquierda y la derecha están acostumbradas a pactar en momentos decisivos. Aunque en las elecciones, las coaliciones se determinan según las dos clásicas tendencias, resultando en un batiburrillo de partidos y riñas constantes. Los políticos españoles no se encuentran en una dinámica muy diferente: el bloque de PSOE, Podemos y separatistas y el de PP, Ciudadanos y VOX, con la incertidumbre añadida de una posible repetición electoral a la primera de cambio. En diciembre de 2015 y en abril de 2019, los habitantes del reino votamos mal, sin atinar con eso de la correlación de fuerzas y la geometría variable. Si no gustan los resultados, a repetir elecciones (y a pagarlas). La fiesta de la democracia en toda regla.
También al otro lado del Mediterráneo faltan líderes como Draghi, dispuestos a aunar fuerzas en momentos de emergencia y que, encima, dimitan a la primera de cambio cuando vean sus apoyos flaquear, aun teniendo gran reputación. Eso sí es un "manual de resistencia". De ahí que el primer ministro en funciones, junto con Mattarella, sea de los políticos mejor valorados de Italia. Ante la amenaza de una supuesta victoria de Meloni, su periodo breve en el poder no quedará en vano. La república obtuvo una recuperación económica en 2021 del 6,6%, y el desempleo se sitúa en el 8,1 %. Pese a su gran deuda pública, que la pandemia disparó al 150% del PIB, su inflación se sitúa por debajo de la media de la UE. Una herencia que ya agradecerá quien suceda al actual jefe de gobierno.
Tendemos a pensar que solo las fuerzas débiles son las opciones moderadas frente a los radicalismos, cuya fuerza se asemejaría a algo imparable, capaz de cambiar cualquier regla sin permiso. Cuando Tsipras o Trump vencieron en Grecia y EE.UU., parecía que ya nada podía con ellos. Sin embargo, ahora en el país heleno gobierna con mayoría absoluta el centro derecha, y en el norteamericano, el expresidente perdió bastiones republicanos de toda la vida como Georgia y Arizona.
Meloni está en estado de gracia, porque no ha sido primera ministra, de momento. En caso de que llegara al poder, como es costumbre en el país transalpino, la cuenta atrás para su gobierno comenzaría a correr. Otra gran ingenuidad de Putin en su arrogancia de creerse capaz de controlarlo todo, viendo espejismos crimeos. Si quisiera aspirar a mantenerse en el palacio Chigi en una legislatura de cinco años de manera estable, la líder de Fratelli d'Italia tendría que conseguir una mayoría absoluta por sí sola, algo que a día de hoy se vislumbra casi imposible, y conseguir la fidelidad ciega de Salvini y Berlusconi, no muy proclives a cumplir tratos gubernamentales.
La creciente hostilidad en los últimos años hacia la inmigración tercermundista y el asesinato del vendedor nigeriano Alika Ogorchukwu ante la pasividad de los transeúntes no son solo tragedias italianas, aunque sí el ingrediente perfecto para referirse a la cuna del Renacimiento como un estado fallido nostálgico hacia Mussolini, dados los resultados de varias encuestas en favor de su heredera. Sin embargo, realidades similares ocurren a raudales en los países nórdicos, con fuerte presencia de movimientos de múltiples fobias, y no decimos nada. Solo nos acordamos de su estado de bienestar, que funciona en gran parte por la escasa población que tienen, obviando las no pocas discriminaciones que se producen allí. Un síntoma de la leyenda negra que existe hacia el sur de Europa, los "PIGS".
El problema de los auges de los extremismos de izquierda y de derecha italianos en los últimos años no es tanto su gran poder de convencimiento, sino la alta abstención electoral generada por la desconfianza, resultado de la corrupción y de mirar hacia otro lado dentro de las instituciones, gobernadas casi siempre por los que llevan la etiqueta de "centristas" socialdemócratas o conservadores.
Ahora vivimos un momento de polarización afectiva, producida cuando se vota a alguien para evitar el triunfo del adversario. Salvo excepciones, el entusiasmo extremista nace y muere líquido en democracias occidentales, a pesar de la continuidad de las deficiencias y demagogias de estas. El problema radica en que los que llevan la bandera de la moderación no hacen autocrítica de sus errores, acudiendo al ya clásico comodín "es culpa de Putin".
Teóricamente, un cambio de gobierno de Draghi a Meloni sería brusco para Italia y el resto de la UE, pero no tendría el drama que supuso el Brexit, que ha dejado al Reino Unido aislado en muchos ámbitos y con ejecutivos que no duran ni un telediario, aun teniendo mayoría absoluta. Además, la república mediterránea está adaptada a la brevedad de sus primeros ministros, incertidumbre aceptada entre sus socios. Intel ha anunciado que construirá una fábrica de ensamblaje de chips en este país por 5.000 millones de dólares, dentro del plan de EE.UU de aportar 80.000 millones en centros de producción de dichos dispositivos en el Viejo Continente.
En el pifostio italiano es muy difícil salirte con la tuya. Antes de que los listillos de turno parpadeen, la corriente se los lleva en sus vergüenzas. Allí, a río revuelto, no hay ganancia de pescadores, solo pescados.
Muchas felicidades por el artículo. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarDas pinceladas de la situación política de muchos países, que nos da una idea de la situación global. Aprendo mucho del análisis socio-político que haces, se nota que estás muy bien documentado. Gracias por compartir tus siempre interesantes reflexiones.